UN CADAVER EXQUISITO

Sentada bajo el techo del baño,
mire las uñas clavadas en los recuerdos y un dulce sabor a hierro recorrió mi columna vertebral.

Deje que danzaran los núcleos del ser necroscópico
que tiene su morada justo en la pestaña mas larga de mi parte izquierda;
deje que danzaran
y dance yo con ellos.

Quería descubrir el color exacto de la raíz,
sentía esa necesidad cada vez que pensaba en ello.

Como pude rompí las cadenas de la danza hacia mi mi incisivo inferior.
¡era verde!
Cuando una inspiración anunciaba el fin;
duendes aparecieron en cada ladrillo de aquel baño...
les mire
y mientras lo hacia,
mi ultima espiración se convirtió en el vals de la muerte...

mis piernas se elevaron
mis brazos eran aun mas bellos que de costumbre,
toque mi cara
sentí seda pura,
mi lengua empezó a ser tan parecida a la bífida que la deje libre.

Mi constelación se paro.
Y por las partículas del aire, mis papilas foliantes enloquecían.

Un latigazo en el estomago me doblo por completo.
¡el verde!
Desaparecía a gran velocidad.